
El primer cuento explicaba cómo un cocodrilo ansiaba estar en paz y tranquilidad en la laguna, pero eso era imposible, pues todo el grupo quería también chapotear allí. Él decide buscar otro lugar para descansar, pero, una y otra vez, cambia de sitio y le persiguen e imitan todos los demás. Son copiones, sí, los cocodrilos, pero... ¡porque admiran su gran imaginación a la hora de inventar cosas que hacer!
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David Bedford |
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